Cuando el examinador me entregó la hoja de calificación y me dijo “tome, ha aprobado” sentí dos cosas: alivio y alegría. Alivio porque no cabe duda de que el examen práctico conlleva una dosis de tensión, sobre todo cuando se hace por primera vez. Y alegría porque suspender significa gastar más dinero y prolongar la tensión. Gracias a Dios hice un examen casi perfecto. Lo que no había logrado durante las prácticas, lo conseguí en el examen. A continuación explico cómo transcurrió todo, desde el comienzo hasta mi llegada a la autoescuela.
Leer más Así fue mi examen práctico de conducir (apto, aprobado)
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