Leyendo a otros aspirantes a sacarse el carnet de conducir solía encontrarme con el testimonio de personas que comentaban los altibajos en su aprendizaje: una práctica muy buena y al día siguiente otra muy mala. Pensé que eso no me pasaría a mí, porque hasta ahora mi curva de aprendizaje en la conducción ha sido in crescendo y no he tenido sensación de retroceso. Pero, como soy humano, la práctica mala tenía que llegar: y fue hoy.
Al salir de casa camino de la autoescuela tenía en mente hacer esta práctica como si del examen se tratara, con la máxima atención y haciéndolo lo mejor posible. Me incorporé bien a la circulación, sin olvidar nada, y me sentía cómodo en el coche. Poco después el profesor me comentó la importancia de mantener las distancias laterales, y me dijo que a veces pasaba demasiado cerca de los coches estacionados. No guardar bien las distancias laterales supone una falta calificada como deficiente, y con dos de ellas estás suspendido. Seguí circulando y me dijo que hiciera un giro a la izquierda. Me pasé el cruce. Fui notando que no era mi día, pero intenté superarme y prestar más atención. A pesar de eso, los errores se fueron sucediendo con una frecuencia inusitada: me despisté en dos pasos de peatones, me equivoqué al girar en un stop dos veces seguidas, me olvidaba los intermitentes, me paré dos veces en un stop con semáforo en verde, no miraba bien los espejos, etc. El profesor me dijo que estacionara. A la derecha había solo estacionamientos en batería y a la izquierda en línea. Le pregunté si estacionaba a derecha o izquierda. Cuando fui a estacionar, a la izquierda obviamente, me detuve sin mirar al espejo ni poner el intermitente izquierdo. Al estacionar di marcha atrás y en vez de parar el coche en ángulo de 45-75º, seguí girando marcha atrás en busca del bordillo. Tuve que hacerlo de nuevo. En fin, un desastre. El profesor intentaba animarme, pero realmente no fue mi día.
Si puedo destacar algo positivo del día de hoy es que, curiosamente, me sentí más seguro con la parte mecánica del coche, es decir, con el manejo del embrague a velocidades lentas, las frenadas, las reducciones de marcha, los giros de volante, etc. No fue la mecánica la que me hizo errar, sino un estado mental de desatención y ofuscación al circular. No dormí muy bien anoche, apenas 6 horas, y tal vez eso influyera. No voy a caer en el desánimo, porque estas cosas suceden y lo importante es superar este bache y volver a la normalidad. No esperaba una práctica así después de la que hice ayer y de todas las mejorías que he ido experimentando día tras día, pero algo se desconectó hoy de mi cabeza y me hizo ir en el coche como si estuviera ausente.
Mañana será otro día, y tengo la esperanza de volver a ser el mismo que en anteriores prácticas.