Consejos para conducir tras un año de práctica

Ser prudente

prudencia al conducirprudente. Decía Jesucristo con respecto a los creyentes: “os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas”. Incluso si no eres creyente, esta cita bíblica se ajusta a la perfección al tráfico. El conductor novato es como una oveja en medio de lobos. Y necesita ser prudente y sencillo. Esto también se aplica al conductor con experiencia, si no forma parte de esos lobos del tráfico que van devorando todo lo que encuentran a su paso. Para ser prudente te vendrá bien la anticipación de la que hablé anteriormente. Pero, ojo, ser prudente no equivale a ir conduciendo agarrotado y en tensión continua. Al principio, como no tenemos muy claros los peligros que pueden ir surgiendo, la prudencia suele transformarse en tensión. Poco a poco iremos sabiendo anticiparnos a los peligros y a los errores de los demás, y la tensión desaparecerá, pero ¡nunca pierdas la prudencia!

No seas agresivo conduciendo porque te vayas sintiendo con más experiencia. De nuevo citando a Cristo: “ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¿Qué necesidad hay de no dejar incorporarse a alguien si el semáforo está en rojo y solo tienes que disminuir un poco la velocidad? ¿A ti te gusta cuando quieres incorporarte al tráfico o girar y los coches pasan y pasan y nadie te da la vez? ¿Por qué hacérselo tú a otros? Incluso si esos otros, tu prójimo del tráfico, cometen errores, ¿por qué airarte con ellos en vez de ser comprensivo y perdonarles? ¿Por qué no anticiparse a sus errores? ¿Acaso tú no cometes errores en el tráfico? ¿Eres perfecto? ¿Te gusta si cometes un error que alguien toque la bocina, se ponga a hacer aspavientos o te insulte? Sé prudente, sé sencillo. Ama a tu conductor próximo.

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