Segunda clase práctica de conducir: mejoras y errores

practico de conducirMi segunda clase práctica de conducir ha estado marcada por diversas situaciones en las que he mejorado y otras en las que he tenido la sensación de dar un paso atrás. A los que aún no habéis empezado las prácticas puede seros útil leer mis experiencias, y tal vez evitar algunos de los errores más habituales al empezar a conducir.

Tras un día de descanso después de mi primera práctica (el profesor me avisó ayer de que no podía venir), acudí hoy más tranquilo pensando que sería más fácil que el primer día. Me equivoqué. Ya sabía que las prácticas de coche tienen altibajos, pero una cosa es saberlo y otra es experimentarlo.

Cuando llegué a la autoescuela el profesor me dijo que me montara en el coche, así que tuve tiempo de revisar un poco algunas cosas del interior del vehículo. Lo primero que hice fue subir el reposacabezas para alinearlo con la parte superior de la cabeza. Es algo importante, porque en un frenazo brusco te puedes fastidiar las cervicales. Después me ajusté el cinturón de seguridad. Tras llegar el profesor, le pregunté por las luces del coche, y me mostró cómo encenderlas. Tienes que aprender eso porque el examinador puede pedirte que pongas alguna luz, o puedes tener que pasar por un túnel o paso inferior y debes ponerlas. La palanca que está a la izquierda del volante (la misma que se usa para encender los intermitentes) es la palanca de las luces del coche; tiene una ruedecita que, al girarla, permite poner la luz de posición y luego la de cruce. Impulsando esa misma palanca hacia adelante se ponen las luces largas. En la primera práctica también aprendí que la palanca que está a la derecha del volante es la del limpiaparabrisas (solo hay que impulsarla hacia arriba y se activan, como bien comprobé hoy al equivocarme y darle a esa palanca en plena rotonda en vez de a la del intermitente). También repasé los otros mandos (el aire acondicionado, la activación de la luneta térmica y el ventilador antivaho del cristal delantero). Finalmente, regulé el retrovisor izquierdo; te recomiendo hacerlo dejando que se vea muy poquito de la parte trasera del coche en el espejo, porque así vas a ver más la calzada.

Hoy salí yo con el coche desde la puerta de la autoescuela y entré inmediatamente en el tráfico. Al principio las sensaciones fueron muy buenas, como el primer día. Fui cambiando las marchas de forma fluida y circulando bien incluso por calles estrechas. Como me había propuesto, logré mi objetivo de ir un poquito más despacio (algo que también me recomendó el profesor), y me centré mucho más en el tráfico que el primer día. Especialmente reduje la velocidad antes de llegar a los pasos para peatones, observando bien a los lados y acelerando solo cuando estaba seguro de que no había nadie cerca. Aún así, me iba pasando uno de los “pasos de cebra” porque no advertí que el coche de la izquierda estaba parado (y el peatón cruzando oculto por él). Consejo que me dio el profesor: cuando veas el coche que va a tu izquierda (o a tu derecha) detenido en un paso de peatones, detente tú también aunque no veas al peatón, porque si ese coche está detenido es porque el peatón debe estar pasando (oculto por el otro coche).También presté mucha atención a las calles estrechas, con coches parados en doble fila por donde siempre es posible que aparezca un peatón, como un niño, al que no es posible ver bien, o alguien que abra una puerta inesperadamente. Hasta ahí bien, sin problemas para calcular las distancias.

Los problemas llegaron, cómo no, en las rotondas. Suelo poner tercera cuando la calle da para ello, pero luego me cuesta reducir a segunda antes de llegar a la rotonda. En vez de frenar suavemente, reducir a segunda y levantar el pie del embrague, a veces freno en tercera y cambio a punto muerto controlando con el freno si veo que voy a tener que detenerme. Según el profesor, no debe hacerse así sino que se debe reducir siempre a segunda antes de llegar a la rotonda. En otras ocasiones, el profesor me decía que no debía pisar el embrague en segunda al acercarme a la rotonda sino que fuera frenando despacio sin el pie en el embrague, ya que podía ser que fuera posible entrar en ella sin ceder el paso. Otras veces me decía que no frenara, que daba tiempo a meterse en la rotonda. Realmente su capacidad para anticiparse y determinar cuándo ceder el paso en la rotonda y cuándo parar es muy superior a la mía, así que me sentía algo confuso porque aún no tengo reflejos para tomar decisiones rápidas. Al hacer caso a sus instrucciones sobre los pedales, comencé a prestar otra vez atención a la mecánica del coche, es decir, a no mover los pies en los pedales de forma automática y natural. Acabé poniéndome nervioso, por lo que al entrar en la siguiente rotonda se me caló el coche.

Durante el trayecto pude hacer alguna práctica de cambios de carril. La secuencia fue: mirar el retrovisor izquierdo y, si no ves ningún coche ahí, pones el intermitente izquierdo y te pasas a ese carril. Luego miras el retrovisor derecho y, si puedes, pones el intermitente derecho y vuelves a ese carril. En recta me pareció más o menos fácil de conseguir (con un poco de práctica mirando a los espejos). Pero poco después, en una dichosa rotonda, me encontré con un coche detenido en el carril derecho, y el profesor me hizo cambiar al carril izquierdo (antes hay que mirar al retrovisor izquierdo y señalizar) y luego cambiar otra vez al carril derecho al salir de la rotonda (mirar antes por el retrovisor derecho y señalizar). Dicho así parece fácil, pero el movimiento rápido y coordinado que hay que hacer no lo es tanto si es la primera vez que lo practicas. Sobre todo da un poco de respeto saber que, como no lo hagas bien en esa secuencia, te puedes chocar con el coche que tienes a la izquierda.

La cabeza se me iba saturando de información y seguía pensando en la mecánica de los pedales y las marchas. Se me volvió a calar el coche a la entrada de otra rotonda. Y al arrancar y continuar en la rotonda cometí otro error garrafal: comerme un bordillo al girar. Ni vi el bordillo, solo lo sentí.

Seguía dándole vueltas a todo eso, mientras íbamos por una zona algo más tranquila, cuando el profesor me dijo que siguiera por el carril derecho, y lo que hice yo fue girar a la derecha. Supongo que eso lo hacen los examinadores también. Oyes “derecho” y, si no estás atento, te vas por la primera entrada a la derecha en vez de seguir por tu carril que, efectivamente, es el derecho (aunque tengas que girar el volante a la izquierda para seguirlo). Es como esas preguntas del test teórico que parecen hechas para ver si te has estudiado los temas a fondo. Hay que estar más atento.

Si hay algo que notarás en tus primeras prácticas es que para conducir es necesario hacer muchas acciones al mismo tiempo en fracción de segundos. Algunas de estas acciones van resultando más fáciles en cuanto las repites varias veces, pero otras se atragantan y cuestan más (sobre todo cuando estás nervioso por algún error previo). Por tanto, no te agobies si durante tus primeras prácticas notas esa sensación de cabeza saturada y de no controlar todo lo que sucede a tu alrededor. Estamos aprendiendo algo nuevo y es inevitable sentirnos torpes en ocasiones, y retroceder a veces en lo que ya pensábamos que sabíamos hacer bien.

Mirar bien a los espejos retrovisores es otra de las acciones que pueden parecer fáciles aparentemente, pero no lo es. La tendencia del que comienza a conducir es centrarse mucho en el coche que va delante. Al poco tiempo va ampliando su campo visual al entorno (para detectar peatones y señales), y después empieza a vislumbrar poco a poco lo que aparece en los espejos. En medio segundo ves que hay un coche pequeñito ahí en el espejo, pero no acabas de saber cuál es su posición, su velocidad, ni calcular si te dará tiempo a hacer la maniobra que deseas. Hay quien compara conducir con aprender a andar o montar en bicicleta, pero en comparación es mucho más difícil aprender a conducir debido a la cantidad de acciones coordinadas y decisiones que debes tomar en muy poco tiempo.

Otra sensación que tuve haciendo estas dos primeras prácticas es que 45 minutos pasan volando. Se pierde la noción del tiempo y también del espacio, porque muchas veces no sabes ni por dónde vas. A pesar de recorrer algunas calles de la ciudad que ya conozco muy bien como peatón, el hecho de ir tan centrado en la conducción y la nueva perspectiva como conductor te hacen no ser consciente de dónde estás.

Ya terminando, al entrar en una curva muy cerrada al lado de la autoescuela, bajé demasiado la velocidad del coche en segunda y se me volvió a calar. A esas alturas estaba ya con la cabeza echando humo. Me encontré con un semáforo con flechita a la izquierda en amarillo intermitente, que casi no vi, y el profesor me dijo que debía ceder el paso a la derecha. Llegamos a la puerta de la autoescuela y él mismo en un segundo giró el volante y aparcó, porque yo estaba ya en un mundo paralelo. Había terminado la práctica, y sufrí mucho más que en la primera.

Para finalizar, otra anécdota un tanto divertida, cuando salí del coche me apoyé en el volante y sonó el claxon. Fue la forma involuntaria de decir: llegué. Aunque lo verdaderamente “divertido” fue que en cierto momento de nerviosismo comencé a equivocarme en los intermitentes y ponía el izquierdo en vez del derecho, por no hablar de que puse el limpiaparabrisas a funcionar en mitad de una rotonda. A pesar de todo, estoy contento por lo que aprendí hoy. Se aprende más de los errores que de los aciertos, así que intentaré hacerlo mejor mañana.

Compartir esto:

4 comentarios en “Segunda clase práctica de conducir: mejoras y errores

  1. fantástica tu crónica de tus prácticas de conducir, yo tengo la primera práctica el jueves que viene y la verdad estoy más nerviosa que para un examen final.

    He hecho prácticas con el simulador y la verdad noto que no tengo mucho talento para conducir. Pero por lo menos ahora no se me apaga el coche mil veces como antes. No sé girar bien, eso me ha pasado con el simulador, con el coche no tengo ni idea, saludos.

    • No te preocupes, Inés. Yo también pensaba que no tenía mucha habilidad para conducir al comenzar las prácticas. Y ahora, con poco más de año y medio conduciendo, el coche ya forma parte de mí como la concha de un caracol. Tardé meses en sentirme realmente cómodo al volante y más de un año para tener en el cerebro las dimensiones del coche como una extensión de mi cuerpo. Ya verás cómo lo consigues. Persevera y acepta los malos momentos que vendrán, con la seguridad de que todo es cuestión de tiempo. Bis später!

  2. Excelente resumen de tu experiencia en la segunda práctica. Gracias por compartirlo. Me reí un montón porque me siento identificada. Mañana tengo mi segunda práctica y siento la cabeza saturada de tanta información. Y aunque no se me caló el coche, siento que me falta seguridad. Me está costando un poco ceñir el coche al lado derecho de la calzada. Creo que tengo miedo de pegarme demasiado a los coches que están estacionados, al punto de llevármelos por el morro.

    Apenas voy a mi segunda clase, pero sigo con tensión e inseguridad. Espero que ese miedo desaparezca pronto. Tengo 32 años y no quiero pensar que “loro viejo no aprende a hablar”. Ja, ja, ja.

    • Uno de los problemas más habituales al comenzar a conducir es medir las distancias laterales, tanto por la derecha como por la izquierda. Esto te ocurrirá más veces, conforme vayas pasando por lugares más estrechos, y es totalmente normal. En las primeras clases solo intenta ir acostumbrándote a los mandos y a los espejos. No te preocupes mucho porque el profesor te va a controlar los mandos si ve que hay peligro de acercarte demasiado. Ya verás cómo vas cogiendo ritmo poco a poco. Ten paciencia.

Responder a Carné de conducir Cancelar la respuesta

Acepto la política de privacidad y el aviso legal. *

Información básica sobre Protección de Datos

  • Categoría de datos: Usuarios, clientes y/o proveedores.

  • Responsable del fichero: Guillermo Pérez.

  • Finalidad: Gestión de los comentarios.

  • Legitimación: Interés legítimo / Consentimiento.

  • Destinatarios: No se cederán estos datos a terceros salvo obligación legal. Hospedaje en Godaddy Inc.

  • Derechos: Acceso, rectificación, portabilidad o cancelación de sus datos, y limitación u oposición a su tratamiento o a retirar el consentimiento prestado.

  • Información adicional: Política de privacidad.