Práctica de conducir 16: perfeccionando lo aprendido

En la práctica de hoy he tenido la sensación de dominar el coche en un 90%. He conducido de una forma más ágil, a pesar del tráfico, cambiando de marchas con una soltura que no creí posible hace unos días. Las prácticas extra del fin de semana con otro profesor me han ayudado a cogerle el punto de sensibilidad necesario al embrague. Ya miro los espejos de forma natural y tengo la rapidez necesaria para adelantarme a las posibles situaciones del tráfico. No obstante, cometí algunos fallos que paso a analizar a continuación.

Comencé la práctica con el típico fallo de falta de atención: iba olvidando quitar el freno de mano al iniciar la marcha. Al ir más relajado, hablando con el profesor, tuve ese despiste que me dio rabia cometer. A pesar de eso, me noté muy confiado conduciendo. Fui exclusivamente por ciudad, con un tráfico entre medio e intenso, y sentí que mis pies y mis manos respondían con mucha más agilidad y de una forma más automática. Las reducciones de marcha me salieron muy bien, y me aproximé a las glorietas con soltura, entrando en ellas con más decisión y sin vacilar. Solo una vez se me caló el coche a la entrada de una glorieta, por la manía infame de soltar demasiado el embrague antes de tiempo. El profesor me dijo que las caladas no son un problema en sí mismas (porque, a lo sumo, suponen una falta leve), sino que el problema está en el resultado que producen: un nerviosismo que hace cometer otros errores mayores a continuación. Por tanto, ante una calada hay que conservar la calma y reanudar la marcha prestando atención de no precipitarse.

Los stops me salieron bien, por fin. Hice las dos detenciones correspondientes, haciendo uso del embrague para avanzar despacio hacia la segunda detención (es uno de los aspectos más difíciles para mí). En una de esas segundas detenciones se me caló el coche. Además, me salté un stop de una forma totalmente descarada. No vi la señal, y me di cuenta cuando estaba ya encima de la marca vial de stop. Al menos sí miré para ver si venían coches. Hice el stop como un ceda el paso, y eso evidentemente hubiera supuesto un suspenso en el examen (aunque en la realidad la inmensa mayoría de los conductores hacen los stops con visibilidad como si fueran cedas). A pesar de ese fallo, quedé contento por mi progreso en los stops.

Los giros a la izquierda también me salieron bien y los hice con decisión. Finalmente realicé un estacionamiento en línea a la derecha y una posterior incorporación, ya sin ayuda del profesor.

Aparte de los fallos mencionados, en una ocasión me desvié al carril de la izquierda, lo que también habría sido eliminatorio. Hay que controlar en todo momento el carril por el que se va, y tener mucho cuidado cuando se va a cambiar de marcha y queda solo la mano izquierda en el volante. Otro fallo fue no estar atento a un peatón que iba a cruzar por el lado izquierdo.

Quiero comentar también varias curiosidades:

• En caso de que un ciclista esté esperando a pasar en un paso de peatones montado en la bicicleta, no hay que cederle el paso ya que no se considera un peatón. Sin embargo, cuando se baja sí hay que cederle el paso. Distinto sería que estuviera en un carril para ciclistas.
• Un peatón estaba mirando hacia abajo y hablando por el móvil parado en el paso de peatones. En ese caso se debe parar, y comprobar si tiene intención de cruzar.
• Hay que tener cuidado con la posición de las manos al volante. Siempre debe estar en la posición de las tres menos cuarto, y no dejar las manos descansando en la parte inferior del volante.
• Las luces se apagan antes de apagar el motor, y no después.
• Cuando se termina de estacionar hay que asegurarse no solo de que el coche esté bien alineado sino también de que se aprovecha bien el espacio. Asimismo, en la incorporación hay que avanzar despacito y mirar no solo a los otros coches que vienen sino al coche que tenemos delante estacionado para no darle.
• No solo hay que mirar los espejos; de cara al examen hay que hacerlo de forma marcada con movimientos del cuello a ser posible. Esto aún no lo he hecho, y es importante.

En definitiva, a pesar de algunos errores garrafales provocados por una excesiva relajación, hoy me sentí por primera vez capaz de llevar el coche por todos los sitios sin pasarlo mal. El profesor me dijo que capto rápido los conceptos y que me ve bastante bien. Aún me queda práctica y perfeccionamiento por delante, pero al fin empiezo a sentir que puedo estar preparado para el examen la próxima semana.